lunes, 3 de mayo de 2010

¿ENSEÑA HECHOS 2. 44, 46 y 6. 2, QUE HABÍA SÓLO UNA IGLESIA LOCAL EN JERUSALÉN?

Algunos hermanos, afirman que los 3.000 discípulos de Pentecostés y los que se les sumaron posteriormente en Jerusalén, formaban una sola iglesia local.
Luego preguntan (con tono burlón) ¿cómo hizo esta multitud para tomar la Cena con una sola Copa?
Citan Hechos 2. 44, 46 y 6. 2 para dar apoyo a sus teorías.

LA VERDAD
Hechos 2. 44, dice que los discípulos, “estaban juntos”.
Cabe preguntar... ¿Dónde?. La Biblia dice: “Unánimes CADA DÍA en el templo” (Hch. 2. 46; cf. 5. 12).
Este texto responde categóricamente nuestra pregunta. Era imposible, repito, IMPOSIBLE, que realizaran en el templo la Cena del Señor, porque los judíos hubieran considerado esto, una profanación (cf. Hch. 21. 20 – 30).
Quién afirme lo contrario, sencillamente ignora el asunto o miente de forma descarada.
Hechos 2. 42, enseña que los cristianos,“perseveraban... en el partimiento del pan”. ¿Dónde lo partían? El contexto dice: “y partiendo el pan en las casas” (Hch. 2. 46).
Es obligatorio tomar en cuenta el contexto, aquí no cabe evasiva posible, el contexto es contundentemente claro.

Otra pregunta que cabe hacer, es... ¿Cuándo lo partían?
Hechos 20. 7 dice: “el primer día de la semana”.

Hechos 6. 2. En este caso, vemos que la multitud de los discípulos eran dirigidos todavía por los apóstoles y se eligieron diáconos antes de elegir ancianos.
Sólo los apóstoles inspirados, tenían esa potestad, así como también era atribución sólo de ellos, imponer las manos para otorgar los dones espirituales (cf. Hch. 6. 6; 8. 14-19; 14. 23; 1. 24-26).
La frase, “la multitud de los discípulos”, SÓLO puede referirse a todos los miembros de las iglesias locales que se reunían en las casas para el partimiento del pan (Hch. 2. 46).
Afirmar que tal multitud partía el pan en un solo lugar, es irresponsable y carece de lógica y sentido práctico.

Las Sagradas Escrituras dejan evidentemente claro, el hecho de que los cristianos de las grandes ciudades del Imperio Romano, se reunían en las casas (cf. Rom. 1. 7) “a todos los que estáis...”. Tal es el caso de los cristianos en la capital del Imperio, donde como mínimo, habían cuatro iglesias locales en casas de hermanos (cf. Rom. 16. 3-5, 14, 15).
Las frases “y a los hermanos que están con ellos”, “y a todos los santos que están con ellos” indican iglesias locales, formadas por los hermanos mencionados en estos versículos (Véase, Notas Sobre Romanos, de Bill H. Reeves).
Aclaro que, la proposición no es reunirnos en las casas, ya que la Biblia nos da libertad respecto al tipo de local de reunión (cf. Jn. 4. 21; Mat. 18. 20).
Aparte de estas tres congregaciones, la lista de Pablo evidencia que los hermanos restantes formaban la congregación que recibió la epístola (cf. 16. 1, 2).
Hechos 9. 31, habla de “las iglesias ... POR TODA Judea, Galilea, y Samaria...”. En 11. 29, 30, los de Antioquia, enviaron ayuda a los hermanos de “las iglesias... por toda Judea” (9. 31), encargando a Bernabé y Pablo que la dieran a los pastores. No la dieron a los pastores de una sola iglesia local en Judea, sino a los pastores de todas “las iglesias... por toda Judea” (9.31).
De manera pues, que es innegable la existencia de muchas iglesias locales en Judea e incuestionable la presencia de muchas congregaciones en Jerusalén.

Hechos 15. 1, 2, 4, 6, 12, 22, 23, habla de los apóstoles, los ancianos y la iglesia. Pero en 12. 5 dice que “la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por (Pedro) él”. El versículo 12, dice que “muchos estaban reunidos orando” en casa de María. El vocablo “muchos” indica que no estaba reunida allí “la multitud de los discípulos” (6. 2; 15. 12).
¿Dónde estaba orando la iglesia o la multitud? En casa de María NO. Una multitud no cabe en una casa, por muy grande que ella sea . Recuerde que estamos hablando de más de
8. 000 personas (Hch. 2. 41; 4. 4) sin contar a las mujeres, ni el crecimiento progresivo y en aumento hasta la persecución por causa de la muerte de Esteban (Hch. 5. 14; 6. 1; 8. 1-4).
Hechos 12. 17, señala a Jacobo y... “los hermanos”. Esta frase alude a gran cantidad de cristianos, “a los hermanos” implica a la mayoría, a la multitud.
¿Dónde pues, estaban la mayoría de “los hermanos” mencionados en este texto? Sería ilógico pensar que, la casa de María albergara a “la multitud de los discípulos” (6. 2).
En 12. 5, dice que la iglesia hacía oración por Pedro. Es decir, más 8. 000 cristianos, sin contar a las mujeres. ¿Significa esto que miles de cristianos estaban todos orando en una sola casa? ¡Claro que NO! Si partían el pan en las casas (Hch. 2. 46), lo lógico es que oraban también en las casas donde se reunían como iglesias locales y, la casa de María era una de las que servía para ese fin.

CONCLUSIÓN
“Asumamos” por un momento, que tal multitud celebró la Cena en un solo lugar y apliquemos el sentido común a las siguientes interrogantes:
¿Cuántas vasijas de barro, jarrones de vino y tiempo emplearon para repartir el fruto de la vid entre la multitud reunida? Tomemos en cuenta que en aquella época no habían vasitos desechables y John G. Thomas inventó en 1894 el primer equipo de copitas individuales para la comunión.
¿Cómo transportaron las miles de vasijas de barro y los jarrones llenas con el fruto de la vid al lugar de reunión?
No tenían vehículos modernos para hacerlo.
¿No era más conveniente o práctico celebrar la cena del Señor en congregaciones pequeñas, reunidas en las casas como dice la Biblia en Hechos 2. 46?
¿De que tamaño tendría que haber sido el pan para que la multitud participara de él? (I Cor. 10. 17).
¿No representa todo esto, un gran problema de logística y en consecuencia una situación inviable?
Los que preguntan: ¿Cómo hizo esta multitud para tomar la Cena con una sola Copa? y luego nos tildan de extremistas, etc., son culpables de lo mismo con que nos etiquetan.